Sí, hombre, es muy famoso este libro. Yo tengo una edición antigua que son dos tomos.
De todas formas, y con todo el respeto para el autor, que es un tío muy enrollao y peculiar, esta obra tiene más interés etnográfico que técnico, ¿eh?
Por ejemplo, los serruchos de dentado japonés han sustituído casi completamente a los tradicionales terciados, que había que reafilar cada poco tiempo. O las brocas de gusanillo, que ya no existen porque las de tres puntas o las helicoidales son más precisas y eficientes.
Algunas de las técnicas descritas no las usa ya nadie, por ruinosas. Nadie alisa ya tablas a azuela (hay cepilladoras), ni ensambla con "rayo de Júpiter" que es un ensamble archi-complicado con el que les tocaban los cataplines a los alumnos de FP rama madera en el pasado.
Ahora, como sólo tabajan con tablero de aglomarado y con DM, no les enseñan ni ensambles simples como la "cola de milano" o la "caja y espiga".
En cualquier caso, seguro que aprendes un taco de cosas con su lectura, ya lo verás.
Quizá si se acaba el petróleo tengamos que volver a trabajar con algunas herramientas de las que Ignacio habla en este libro. Aunque yo espero poder adaptar unos pedales a mi sierra de cinta y a mi cepilladora, porque si no... ÚUUFFF ¡qué currelo hacerlo a mano!